La casa consistorial de Torre de Arcas fue construida a principios del siglo XVII, siguiendo el diseño típico de las casas consistoriales de la comarca. Este edificio desempeñaba diversas funciones: albergaba las reuniones del Consejo, servía como lugar de encuentro para los vecinos, incluía una prisión y, en su lonja, se celebraba el mercado local.
Desde el punto de vista arquitectónico, es una construcción sencilla, lo que podría deberse al hecho de que Torre de Arcas no se constituyó como población independiente hasta 1791, cuando el rey Carlos IV otorgó su segregación de Monroyo. A pesar de esta fecha, el núcleo de población existía desde mucho antes, incluso durante el período de dominación árabe.
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El edificio original constaba de dos plantas y una lonja con un techo adintelado. Sin embargo, su aspecto exterior actual difiere del original debido a una reforma realizada a mediados del siglo XX, en la cual se reconstruyó la primera planta y se reemplazaron los materiales originales con ladrillos de caravista que forman motivos decorativos mediante variaciones en su disposición.
La cárcel, que forma parte de la Ruta de las Cárceles del Mezquín-Matarraña, está ubicada en la planta baja del edificio y contaba con una única ventana pequeña provista de una reja de forja como ventilación.
Hoy en día, la casa consistorial de Torre de Arcas continúa albergando las funciones de la administración municipal.