Además de la Balsa de San Roque, que ha sido restaurada y preservada como patrimonio histórico, hubo otras dos balsas en el pueblo: La Basobera y La Rebasa. La Basobera estaba situada en el extremo opuesto del pueblo y recibía agua de un canal que venía de la zona del “Castillo”. Aunque el agua de La Basobera se consideraba de peor calidad que la de San Roque, esta balsa ha sido transformada en un bonito parque llamado “Parque Marta”, en honor a la esposa de un vecino del pueblo que financió su construcción en su memoria.
Estas balsas y fuentes eran componentes vitales en la vida de las comunidades en el pasado, proporcionando acceso al agua tanto para uso humano como para abastecer a los animales y mantener la agricultura. La preservación de estos lugares históricos es esencial para mantener viva la memoria de la historia de la localidad.
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