La iglesia parroquial de Valjunquera, dedicada a San Miguel, es uno de los más destacados ejemplos del estilo barroco en la comarca del Matarraña. Fue construida en el siglo XVIII en un período relativamente corto, entre 1734 y 1747, bajo la dirección del maestro de fábrica Cosme Bayod. Esta iglesia sigue el modelo constructivo conocido como la “estela pilarista”, cuyo centro de influencia fue la iglesia colegial de Alcañiz.
El exterior de la iglesia se caracteriza por su torre de planta cuadrada con tres cuerpos, así como por una portada-retablo de dos cuerpos que fue diseñada por Juan Antonio Martín con la colaboración del escultor valjunquerano Joaquín Espada.
¿En qué consiste “estela pilarista”?
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Se caracteriza por la idea de una planta de salón, donde todas las naves tienen la misma altura, lo que crea un espacio interior amplio y uniforme. La nave central y los brazos del crucero están cubiertos por bóvedas de cañón con lunetos, mientras que las naves laterales tienen bóvedas de arista y el crucero está rematado por una gran cúpula que se apoya en pechinas. Este diseño arquitectónico es típico del estilo barroco y busca crear un efecto de grandeza y unidad en el espacio interior de la iglesia.
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En 1788, la iglesia albergaba once altares, pero durante la Guerra Civil, en 1936, el edificio perdió todos sus retablos, tallas y esculturas, a excepción de la figura de San Miguel Arcángel que preside la portada, aunque esta también sufrió daños, con un brazo roto. Los retablos actuales del altar mayor y el de la Inmaculada fueron creados en la década de 1950, mientras que la mayoría de la imaginería data de periodos posteriores.
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