La Capilla de San Francisco está ubicada en la parte sur de la población, específicamente en la calle de San Francisco. Al igual que la Capilla-Portal de San Antonio, esta construcción es el resultado de la transformación de un portal de la antigua muralla del pueblo en una capilla elevada.
A diferencia de la Capilla-Portal de San Antonio, en la Capilla de San Francisco los arcos originales del portal han desaparecido. La estructura, tanto en el interior como en el exterior, está compuesta por elementos de madera y tiene un diseño adintelado. Hacia el interior, la capilla se accede a través de un amplio vano también adintelado, que está cerrado con una puerta y una barandilla de madera. El techo de la capilla está cubierto con tejas tradicionales.
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El urbanismo de la villa de Fuentespalda en el siglo XV estaba marcado por su carácter rural y su población relativamente pequeña. En esa época, la villa tenía alrededor de 85 casas, cuya influencia aún se puede percibir en el trazado urbano de su centro histórico.
La villa estaba rodeada por una muralla, en algunos tramos compuesta por las traseras de las viviendas. En esta muralla, se encontraban varias puertas, algunas de las cuales fueron transformadas más tarde en portales capillas, como los portales de San Francisco Javier y de San Antonio.
En ambos extremos de la calle Mayor, se cree que existieron dos portales. Uno de ellos, conocido como el portal de la Virgen del Carmen, aún conserva sus dos arcos apuntados. El otro portal debió desaparecer con las reformas urbanas que tuvieron lugar en la zona oriental de la población a mediados del siglo XVI. Durante esta época, se construyó la Casa de los Belsas, un destacado edificio palaciego realizado con sillería, que sigue la tipología del palacio aragonés y se considera uno de los edificios más importantes y singulares de Fuentespalda.