La Casa Consistorial se adapta ingeniosamente al terreno inclinado, creando dos espacios urbanos diferentes. Hacia el este, frente a la iglesia, un paso cubierto enlaza con la primera planta del ayuntamiento. Al sur, una encantadora plaza se despliega ante una lonja, coronada por dos arcos de medio punto. Una danza de arquitectura y espacio.
Bajo su imponente presencia, la Casa Consistorial alberga una cárcel cuyo acceso se sitúa bajo la capilla de San Roque. Este rincón de detención constaba de dos estancias: una, relativamente cómoda, destinada al guardia; y la otra, más angosta y sombría, reservada para el prisionero. Un oscuro contraste en medio de la majestuosidad del edificio.
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Esta obra es de estilo renacentista y se realizó, al igual que el resto de casas consistoriales de la comarca, entre finales del s. XVI y principios del XVII. Se conserva una inscripción con la fecha de 1610, probablemente referida a su inauguración.
El Ayuntamiento de Lledó ocupa un lugar destacado en uno de los accesos medievales a la ciudad, posiblemente el principal. Un pasaje cubierto conecta con la pintoresca Calle de San Roque, que da acceso a la zona de la población donde se alzan las construcciones más antiguas, todas adaptadas a la pendiente de la colina, quedando así, edificaciones de hasta 5 y 6 plantas, y comunicándolas con la Calle Baja, llamada así en honor a su situación en referencia a estas construcciones.
Como curiosidad, cabe mencionar que en el siglo XX, los arcos la lonja del ayuntamiento se tapiaron para cerrar un espacio que se utilizaría como escuela.
Hoy en día, la Casa Consistorial de Lledó continúa siendo el centro neurálgico de la administración municipal, un testimonio vivo de la historia en pleno corazón de la ciudad.
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