Los portales-capilla son elementos destacados en el patrimonio arquitectónico del Matarraña y representan una interesante combinación de funciones defensivas y religiosas. Originalmente, estos portales se construyeron en las murallas de las villas para permitir la entrada y salida al recinto amurallado. Posteriormente, se añadió la función religiosa con la construcción de capillas en la planta superior de estos portales.
Monroyo históricamente contó con cuatro portales en sus murallas, pero en la actualidad, solo se conserva el Portal de Santo Domingo, que es el más al sur del casco urbano. De los otros tres portales, algunos vestigios del Portal de la Iglesia y del Portal de San Roque todavía pueden observarse, aunque el Portal del Collado solamente persiste en la memoria oral y en documentos históricos.
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La construcción actual del Portal de Santo Domingo data de mediados del siglo XVIII, pero sus orígenes se remontan a la época medieval. El nombre del portal proviene de la existencia en el piso superior de una capilla dedicada a Santo Domingo. Durante muchos años, esta estructura estuvo en ruinas, posiblemente debido a los daños sufridos durante la Guerra de Sucesión en el siglo XVIII o alguna de las Guerras Carlistas del siglo XIX, en las cuales la población fue incendiada en varias ocasiones en poco más de cien años. Finalmente, en 1993, el portal fue restaurado y reconstruido, aunque la capilla en la planta superior aún estaba pendiente de restauración en ese momento.