Iglesia de Sant Miguel, punto gótico ‘lo Roser’

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La iglesia de San Miguel en Peñarroya de Tastavins tiene una interesante historia que se remonta al siglo XIV. En ese período, a pesar de las dificultades causadas por las pestes en la primera mitad del siglo, la población de la villa superaba los 800 habitantes. El entramado urbano estaba en crecimiento y la iglesia de La Virgen de la Mola, construida en la parte alta del pueblo en la primera mitad del siglo XIII, se había vuelto insuficiente. Para abordar esta necesidad, se decidió construir un nuevo cementerio y una nueva iglesia, que fue dedicada a San Miguel y la Virgen del Rosario.

Esta iglesia, construida en el siglo XIV, era de estilo gótico y se cree que compartía similitudes arquitectónicas con la ermita de Arriba en el Santuario de la Virgen de la Fuente, que se construyó solo diez años más tarde. La iglesia de San Miguel tenía alrededor de 20 metros de longitud y 8 metros de ancho y constaba de una sola nave. Estaba orientada de oeste a este y contaba con contrafuertes. Junto a ella se encontraba uno de los portales de la muralla, conocido como el portal de San Miguel, que llevaba al río Tastavins.

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En el siglo XVIII, se construyó una iglesia más grande en el área, la iglesia actual, y la iglesia de San Miguel comenzó a perder su uso. Más tarde, se estableció un nuevo cementerio detrás de la nueva iglesia, y el cementerio de San Miguel quedó en desuso. Con el tiempo, la iglesia gótica fue abandonada y en épocas más contemporáneas, se construyó encima de sus ruinas, ocultando algunos de sus restos. Sin embargo, en años recientes, el Ayuntamiento de Peñarroya de Tastavins ha llevado a cabo una restauración del lugar que ha dejado al descubierto los restos góticos de la iglesia, reconstruyendo el antiguo ábside y convirtiéndolo en un espacio cultural. Este proyecto de restauración ha permitido preservar y dar nueva vida a este sitio histórico.