Lonja-lavaderos

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El siglo XVI fue un período de crecimiento y prosperidad para la villa de Peñarroya y toda la comarca en general. Esto se debió a la situación de paz y riqueza que siguió a diversas epidemias desde el siglo XIII y la Guerra de Sucesión de Juan II en el siglo XV. Esta paz y prosperidad propiciaron el crecimiento del núcleo urbano cuesta abajo.

En ese período, los propietarios ricos abandonaron sus viviendas en la zona alta de la villa y construyeron casas más grandes en las calles de abajo y la de arriba. Además, se edificaron importantes construcciones como la Casa Consistorial y la lonja. La lonja era un lugar de mercado y reunión para los vecinos, y también albergaba la carnicería, donde se tenía el derecho exclusivo de vender carne y sacrificar animales.

Sabías que la pared de la lonja se utilizaba como trinquete para un juego muy popular en la zona. ¿Adivinas de que juego se trata?

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Se trata del juego de la pelota, un deporte tradicionalmente popular en la comarca, que involucra a dos o más contrincantes o equipos. En este juego, el objetivo principal es lanzar una pelota contra una pared o superficie vertical, como un frontón, utilizando la mano, raqueta o cesta, con el propósito de que el contrincante la devuelva después del rebote. El juego de pelota se practica en diversas modalidades y variantes en diferentes partes del mundo.

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La construcción de la lonja se destaca por el hecho de que cada uno de los dos arcos de entrada es diferente: uno es apuntado y el otro es de medio punto. Además, entre los dos arcos, se encuentra un escudo nobiliario.

Los lavaderos, que todavía son muy utilizados, fueron construidos en la década de 1960. Antes de su construcción, las mujeres, que eran las encargadas de esta tarea doméstica, tenían que desplazarse a los lavaderos ubicados a cierta distancia del pueblo. Por ejemplo, iban a lavar la ropa a los lavaderos del Santuario de Nuestra Señora de la Fuente o a los lavaderos de la “font dels Avellaners”, que han sido restaurados en los últimos años.