Capilla de Sant Roc

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La Capilla de San Roque en Calaceite es un edificio con una rica historia y significado religioso en la comarca. Su devoción se ha mantenido a lo largo de los siglos, y hay varios lugares en la zona dedicados a Sant Roc debido a esta devoción, ya que se le considera patrón contra enfermedades infecciosas.

La capilla, tal como la conocemos hoy, es una ampliación de comienzos del siglo XVII. Su origen se documenta desde 1555, pero se llevó a cabo una reforma que alargó la nave de la capilla hacia la desaparecida Bassa Podrida. Las obras de ampliación las realizó Pedro Pizarro, maestro picapedrero de Alcañiz, que también construyó la casa consistorial. Estas obras comenzaron en 1613 y tenían un presupuesto de 600 libras jaquesas para la mano de obra.

Muy cerca se situaba el Portal de la Fuente (derribado en 1860), y
había la “taula de la Carrasca” ¿sabrías decir por qué?

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La capilla quedaba en la parte extramuros del portal, donde estaba la “taula de la Carrasca” y servía como aduana en el camino de Caseras, ya que Calaceite era un pueblo de frontera con Cataluña.

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La capilla, ubicada en una fuerte pendiente, presenta un estilo renacentista y una planta rectangular. Tiene una sola nave con dos tramos
y una cubierta de medio cañón con lunetos. Debido a su antigua ubicación extramuros y su proximidad al Portal de la Fuente (derribado en 1860), tiene pocas aberturas, y sus ventanas son en forma de aspillera.

Junto a la capilla se encontraba el antiguo cementerio, utilizado hasta 1840. Posteriormente, se construyó encima de él el Convento de las Monjas de la Consolación, que utilizaba la capilla para sus servicios religiosos.

La Capilla de San Roque ha sido un lugar de culto importante en momentos en que la iglesia parroquial no ha estado disponible, como durante la construcción del edificio barroco actual en los siglos XVII-XVIII o cuando quedó en ruinas después de la Guerra Civil.