La iglesia parroquial de Mazaleón, dedicada a Santa María la Mayor, muestra una mezcla de estilos arquitectónicos que reflejan las diversas ampliaciones y modificaciones realizadas a lo largo de su historia. La construcción original data de mediados del siglo XIV y constaba de una sola nave, el ábside poligonal, con una bóveda de crucería de siete nervios, y los tres tramos de la nave central, con bóveda de crucería sencilla, siguiendo el estilo gótico típico de la época en la comarca. Esta primera edificación estuvo bajo la jurisdicción del Arzobispo de Zaragoza, quien era el Señor de la villa.
En el siglo XV se añadió un torreón defensivo adosado al ábside, que todavía se conserva, y posiblemente también se construyó otro torreón en la fachada, del cual se puede ver una ménsula. En el siglo XVI, se amplió la iglesia con la construcción de la nave de la Epístola y se realizó una reforma en la fachada, que incluyó la construcción de un campanario de espadaña en la parte superior y la superposición de una portada renacentista sobre la original de estilo gótico. En el siglo XVIII, se realizó una nueva ampliación con la construcción de la nave del Evangelio en estilo barroco.
No es muy común encontrar una iglesia reformada en el siglo XVIII, y que no disponga de retablo. ¿Te imaginas qué ocurrió?
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Esto es debido a lo sucedido durante la Guerra Civil, momento en el cual la Iglesia Parroquial de Santa María La Mayor fue desmantelada, y se destruyeron todos los retablos y la imaginería que se albergaba en su interior.
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Estas sucesivas transformaciones y estilos arquitectónicos hacen de la iglesia de Santa María la Mayor de Mazaleón un edificio que refleja la evolución de la arquitectura religiosa a lo largo de los siglos en la región.
El edificio de la Abadía en Mazaleón tiene una rica historia que abarca diversos usos a lo largo del tiempo. Durante un período, la colectivización anarco-sindicalista lo utilizó como sede social, lo que incluía su función como café, lugar de asambleas y juicios. Para adaptar el edificio a estas necesidades, se realizaron modificaciones, como abrir una puerta y dos ventanas en la nave del siglo XVIII, y otra en el ábside, que conectaba con la terraza de la casa de la Abadía.
En 2005, este edificio fue reconocido y catalogado como Bien Catalogado, lo que significa que se le otorgó un estatus de protección y se reconoció su importancia histórica y arquitectónica en la región. Este reconocimiento refleja la valoración de su historia y arquitectura a lo largo del tiempo y su relevancia en la comunidad local.
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